Esta es una receta pobre, de esas que más pobres imposible... pero lo maravilloso de la cocina es que con tres o cuatro ingredientes bien combinados podemos deliciar nuestro paladar con un manjar. Y este es seguramente el caso. Además, es uno de mis platos favoritos, de esos que cuando llevas mucho tiempo si comer desean porque siempre huelen a rico y a reconfortante tradición. Por supuesto hablamos de cocina tradicional italiana y, en este caso, hablamos de un clásico de la región Toscana, más precisamente de Siena. Se trata de un primer plato de origen campesina preparado con ingredientes aprovechados al máximo: pan rancio, tomates maduros, ajo, albahaca y aceite de oliva virgen extra. Es un clásico que va bien todo el año: perfecto en otoño como alternativa a una clásica sopa, pero también en verano, servido a temperatura ambiente. A continuación, mi personal receta... Ingredientes (para 3/4 personas):
5/6 tomates bien maduros (o un bote de tomate pelado... pero pierde un poco la gracia) 300 g de pan rancio (puedes utilizar también picatostes caducados, sobras de pan y tostadas, etc.) 2 tazas de caldo vegetal (o una pastilla de caldo y dos tazas de agua) unas hojas de albahaca un par de dientes de ajo aceite de oliva virgen extra una pizca de azúcar pimienta al gusto Antes de todo hay que preparar el pan: lo frotamos con ajo y luego tostamos en el horno unos minutos a 200 ºC (mejor, o si no tienes horno o vas de prisa también puedes hacerlo en la tostadora y frotarlo con ajo a continuación, aunque lo importante es que el pan quede bien saquito y crujiente), hasta que esté bien dorado y lo cortamos en cubitos. En una olla ponemos un chorrito de aceite, el pan tostado y los tomates troceados con una pizca de azúcar para quitarles el amargor y vamos añadiendo el caldo a poco a poco. Si quieres, para un toque extra de sabor puedes añadir alguna hoja de albahaca a la salsa. Dejamos cocinar a fuego medio durante unos 40 minutos aproximadamente, hasta que el caldo y la salsa de tomate se hayan absorbido, la consistencia final es parecida a un puré. Ajustamos de sal y pimienta y, a cocción terminada, servimos adornando con unas hojas de albahaca y un chorrito de aceite de oliva. Nota: si has cocinado más de la cuenta, no te preocupes. La pappa al pomodoro se puede conservar hasta dos días en la nevera en un contenedor hermético bien cerrado. ;)
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