Se dice que las nueces, que se cultivan desde el año 7000 a.C., son el alimento más antiguo procedente de un árbol conocido por la humanidad. ¿Lo sabías? Una ración de 30 gramos de nueces es una buena fuente de manganeso (50% del aporte diario recomendado), cobre (40%), magnesio, fibra y también contiene niacina, ácido fólico y vitaminas B1, B2 y E. A diferencia de ortos frutos secos, las nueves contienen ácido alfa-linoléico, un acido graso omega 3 que reduce el riesgo de enfermedad cardíaca ya que reduce el colesterol y disminuye la posibilidad de que se formen coágulos en la sangre. Los ácidos grasos esenciales de las nueces también ayudan a fortalecer las membranas de las células cutáneas y su buen aporte de cobre tiene un papel importante en el mantenimiento del sistema inmunitario y en ayudar la producción de glóbulos blancos.
Ya que un puñadito es suficiente para disfrutar de su aporte beneficioso, puedes añadirlas a tus ensaladas, a las masas dulces o saladas para darles un toque aromatizado o hacer un pan rústico con unos puñados de nueces troceadas.
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