El mango, rico en vitamina C, es esencial para una piel y unos huesos sanos. También contiene beta caroteno y zeaxanina, unos fitoquímicos responsables de su color llamativo que ayudan a proteger los ojos y la piel de los radicales libres. Un mango mediano (unos 150 gramos) es una buena fuente de vitaminas C (el 69% de la ingesta de referencia diaria), A (21%), B6 (14%) y de potasio (14%). ¿De dónde proviene? Los magos se cultivan en la India desde hace más de 5000 años y desde ahí se han llevado a muchas regiones tropicales y subtropicales (sin irnos muy lejos, se cultivan mangos también en el sur de España). Puede que no lo sepas, pero pertenecen a la misma familia de los cocos, las aceitunas y los dátiles. ¿Cómo comerlo?Puedes hacer muy sencillamente una deliciosa salsa de mango: sólo necesitarás escoger unos mangos ligeramente firmes (si son muy jugosos la salsa te saldrá muy líquida) y meterlos en un cuenco cortados en dados pequeños acompañados de cebolleta, menta, guindilla roja (al gusto) y zumo de lima. Mezcla bien el todo y sírvela para acompañar tus platos.
También puedes hacer sorbete batiendo el mango, endulzándolo con un poco de miel y de zumo de lima y dejándolo reposar un tiempo en la nevera. Si prefieres la textura de mousse puedes batir la pulpa de un mango con una taza de crema de coco (¡atención! que no es la misma cosa que la leche de coco... la crema de coco es la masa sólida que se forma en la parte superior de una lata de leche de coco, o también la puedes encontrar directamente en brick en algunos supermercados o tiendas especializadas en comida asiática).
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